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Capítulo 1 –Lusitarus la ciudad de la luz. |
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Capítulo 1 –Lusitarus la ciudad de la luz.
Ya quedaba muy poco para llegar a la gran ciudad de Lusitaurus. Kain y su compañero olvidaron por unos instantes el cansancio y animados por las vistas de esta ciudad cálida y luminosa aceleraron el paso felizmente por la pradera de hierba fresca.
Pasaron por delante de varias parcelas de cultivo. Hacía calor y los agricultores se protegían con sombreros de paja. Algunos se les quedaron mirando y hablaban entre ellos intrigados por la procedencia de los nuevos visitantes.
Después pudieron observar en una zona más fresca y cercana a la ciudad, a un grupo de aldeanos que recogían la cosecha de la fresa. Las colocaban con sumo cuidado en unos cestillos de mimbre y luego los colocaban en carros que eran arrastrados por pequeños pero fuertes burros de pelo blanco y moteado.
Una vez cerca de las afueras de la ciudad, se detuvieron en un pequeño sendero de piedras blancas.
Kain bajó de Albo y revisó las alforjas, sacó de estas una vieja capa y se la puso.
-KAIN: Será mejor que me cubra esta extraña armadura con algo, no quiero llamar demasiado la atención. Tú amiguito, tendrás que esperar aquí. -dijo mientras acariciaba el lomo del animal.
-Además no me parece seguro que la gente de esta ciudad deba verte, tendrás que ocultarte por aquí cerca. No te preocupes no tardaré mucho.
-ALBO: Woulf, woulf. - Albo asintió con la cabeza y, se dirigió sigilosamente hacía unos arbustos, mientras Kain le observaba con curiosidad. Albo se agazapó entre la maleza y en un visto y no visto saltó derribando un ave que pasó por allí.
-KAIN: “Creo que se las apañará bien el solito, sólo espero que no se encuentre con algún cazador, estoy seguro que algunos darían lo que fuera por hacerse con él.”
Kain continuó por el sendero y, justo cuando llegó a las puertas de las murallas de Lusitarus, las campanas de la gran torre del castillo anunciaban el mediodía.
A diferencia de los poblados que había visitado antes, el lugar era una concurrida ciudad llena de gente de lo más variopinta, así que aparentemente nadie se fijaba en él y pasó bastante desapercibido a pesar de llevar aquella capa harapienta.
El joven estaba hambriento y agotado, así que decidió en primer lugar buscar alguna taberna para saciar el hambre, ya que le rugían las tripas y se encontraba desfallecido.
-KAIN: “Estoy muerto de hambre y me duele todo el cuerpo”-pensó mientras suspiraba- “Será mejor que encuentre un buen sitio pronto, y procurar no llamar la atención. Después me dirigiré al castillo dónde debe de encontrarse el sabio Márgenes.”
Al final consiguió dar con una taberna. El ambiente estaba animado, entró con tranquilidad y se sentó en una mesa libre del fondo esperando pasar desapercibido.
Pero un hombre que estaba en la barra no le quitaba el ojo de encima. La tabernera, una moza entrada en carnes y con dos grandes trenzas rubias, se acercó a Kain con una gran sonrisa y le preguntó.
-TABERNERA: ¿Qué desea el señor?
-KAIN: Quisiera algo para almorzar por favor.
-TABERNERA: Hoy tenemos patatas bravas y tortilla de atún. ¿Y para beber?
-KAIN: Una pinta de cerveza negra si es posible.
-TABERNERA: En un momentito se lo traigo.- Se alejo con paso rápido y fue a buscar la bebida.
Mientras Kain esperaba se dio cuenta que aquel señor de la barra, musculoso, de piel tostada y marcada por cicatrices le observaba detenidamente. Kain dejó de mirarle y se puso a disimular con el servilletero.
La tabernera se acercó de nuevo y le dejó sobre la mesa una gran jarra de cerveza. Kain saboreó la cerveza despacio, era tan agradable como creía recordar.
Finalmente aquel hombre se levantó y se dirigió, dando grandes zancadas hasta su mesa. Kain agachó la cabeza y se ajustó la capucha.
-HOMBRE: Saludos forastero. Quisiera ver que tiene bajo esa capa.
Incomodado por esta repentina orden pensó que no tenía otra opción que enseñarle la armadura, si no lo hacía podría llamar la atención y no quería arriesgarse de que hubiese alguien en la taberna relacionado con el peligro que se le había mencionado en el pergamino.
Con mucho cuidado retiró la manga del manto, dejando ver discretamente la sección del brazo de la brillante armadura negra. El hombre dio un golpecito con los nudillos sobre la armadura, haciendo que esta produjera un sonido suave y vibrante.
-HOMBRE: ¡Tal como pensaba! Esta armadura parece estar hecha de Mizril negro.-dijo intentando moderar el tono de voz.
-Siento haberle asustado de ese modo, no pude resistirme, necesitaba comprobar lo que pensaba. Permítame que me presente:
- Mi nombre es Zappa Lusien, soy el humilde herrero de esta bella ciudad. Mi estimado padre, que en paz descanse, me solía hablar de este extraño material, pero yo no lo había visto hasta ahora, y estoy realmente maravillado. ¿Podría decirme usted dónde lo consiguió?
-KAIN: No puedo responderle a esa pregunta...- no quiso entrar en detalles, pero el herrero estaba demasiado emocionado de haber encontrado algo hecho con Mizril negro como para pasarlo por alto.
-ZAPPA: ¿No conoces el valor que tiene esa armadura?, ¿verdad?-dijo ladeando la cabeza.
-Ya hace más de un siglo que no se encuentra Mizril negro en el continente. Es una verdadera lástima porque es un material muy preciado y útil. Llevas encima una verdadera fortuna, seguramente no estés interesado en venderla, ¿o me equivoco?
-KAIN: Pues la verdad es que no...
-ZAPPA: Por favor, acompáñeme a mi taller, sería todo un honor para mí. Me encantaría que me permitieseis dejar estudiar más detenidamente la maravilla que llevais puesta. Le daré de comer y hospedaje gratis pues en estas fechas ya no queda alojamiento libre en la ciudad. Además las malas lenguas anunciaron su presencia hace pocas horas, un extranjero como usted no pasa desapercibido.
Kain se sintió un poco incomodo por sentirse vigilado y observado, no le gustaba llamar la atención. Aun así agradeció el gesto del noble Zappa, que bajo su aspecto de hombre grande y piel tostada por la flama de la fragua, parecía ser un hombre de confianza y amable.
-KAIN: Muchísimas gracias por su oferta, la acepto de buen grado, de todas maneras creo que le podría ayudar con una pequeña suma de dinero,-dijo poniendo un saquito de monedas sobre la mesa.
- No es mucha, pero no me parecería justo recibir este favor por sólo inspeccionar esta armadura.
-ZAPPA: ¡Oh! ¡De eso no se preocupe señor!, bueno si no le importa, creo que después podríamos ir a mi casa, si le parece bien. Me gustaría mostrarle algunas cosas.
-KAIN: “¿Será este buen hombre capaz de explicarme alguna de las innumerables preguntas que me atormentan?”- Pensó Kain intrigado.
La tabernera dejó la comida sobre la mesa.
-KAIN: Gracias, ¿cuanto es?
-TABERNERA: 600 Aones- Kain pagó y cuando se disponía a comer le ofreció a Zappa.
-KAIN: ¿Le apetece?
-ZAPPA: Muchas gracias, pero ya comí antes.- dijo muy sonriente.- Voy a hablar un momento con un colega. Coma tranquilo.
Kain se dispuso a comer y recuperó fuerzas, Zappa hablaba con un hombre bajito y delgado. Hablaban de materiales. El amigo de Zappa era su proveedor, le estaba diciendo a Zappa que el envío de materiales no llegaría hasta que no pasaran tres meses. Había problemas en el este y por ello había retrasos. Cuando Kain terminó se dirigió a la puerta y esperó en el umbral un par de minutos.
-ZAPPA: Bueno ya podemos ir.
Ambos salieron de la tasca, atravesaron el sector comercial y llegaron hasta un viejo taller. Había un horno de fundición encendido, varios estantes llenos de utensilios cotidianos de metal, algunos sacos con metales sin trabajar, y un montón de cosas más. Atravesaron el taller y tras unas cortinas accedieron a la casa del herrero.
-ZAPPA: ¡Bienvenido a mi morada! Puede dejar colgada su capa en esa percha, en mi casa hace siempre mucho calor. Kain dejó la capa en la percha y se descolgó la lanza de su espalda.
-ZAPPA: ¡Vaya! ¡Si además portas también una lanza del mismo material! ¡Estás lleno de sorpresas!
-KAIN: ¿También quieres estudiar mi lanza?
-ZAPPA: ¡Sí! ¡Sí también! Por favor, acompáñeme al piso de arriba, tengo algo que enseñarle.
Mientras subían las escaleras, Kain, admiraba las herramientas colgadas en las paredes además de algunos retratos de Zappa y de los que posiblemente serían sus amigos y familia.
Subieron al segundo piso y Zappa se dirigió a una estantería de libros. Sin mucho rebuscar cogió un gran tomo de tapas de cuero. Lo puso sobre la mesa y lo abrió por una página señalada con un cordón dorado. Era un volumen lleno de bocetos de armas, Kain lo observó con atención.
-ZAPPA: Mi padre siempre quiso forjar armas y corazas con Mizril negro por ser un material muy ligero y resistente. Pero ya es imposible, desde hace muchos años nadie ha podido encontrar Mizril negro en bruto, y por ésto no pudo cumplir su sueño. Sin embargo dejó muchos dibujos de como emplearía el material, y me hizo prometer que si alguna vez tenía la oportunidad de forjar armas con tan raro metal que lo hiciera costase lo que costase. Es por eso que le pregunto en que recóndito lugar del mundo lo ha conseguido.
Kain consideró que Zappa era un hombre de confianza, así que decidió contarle su historia.
-KAIN: Siento defraudarle, pero no sé nada sobre la procedencia de mi armadura ni de la lanza.
- ZAPPA: ¿No recuerda a quién se la compró? ¿O es de herencia familiar? O al menos dígame en que ciudad o continente la obtuvo por favor. - Dijo el hombre intrigado.
-KAIN: Verá señor Lusien...
-ZAPPA: Puede llamarme Zappa, sólo Zappa, tengo la costumbre de ser cortés, je je,-dijo con una alegre sonrisa- pero a mi me da vergüenza que me traten de señor.
-KAIN: Como quiera, yo tan sólo sé que mi nombre Kain. La verdad es que es una historia un poco larga, intentaré resumirle todo lo que pueda, quizás usted pueda ayudarme.
-ZAPPA: Cuenta, cuenta joven, me encantan las historias. Después veré si puedo ayudarle en algo.
-KAIN: Lo primero que recuerdo es que me desperté un día cubierto de sangre...
-ZAPPA: ¿Lo primero que recuerda? – Dijo Zappa sorprendido.
-KAIN: Sí, me temo que he perdido la memoria, probablemente recibí un mal golpe en la cabeza.
-ZAPPA: ¡Vaya! … ¡Lo siento por usted!, sigua con su relato por favor.
-KAIN: Al despertar sentí una angustia y un terror indescriptibles, no sabía ni quien era, al menos ahora sé mi nombre. Me hallaba perdido en un lugar desconocido y sin recordar nada de mi pasado. Zappa escuchaba atentamente, prestando mucha atención.
-KAIN: Más tarde me enteraría de que me encontraba en la aldea de Celacres, que fue arrasada posiblemente por alguna batalla. Sentí un gran dolor de cabeza y me vino a la memoria una imagen de la ciudad en llamas y de la gente huyendo aterrorizada. Salí de aquel lugar y me encontré con un extraño lobo blanco y enorme.
-ZAPPA: ¡Un Fenril!- Dijo entusiasmado.
-KAIN: Sí, así decía la carta que se llamaba la criatura. Estaba domesticado y traía unos cuantos objetos entre ellos un pergamino.
-En el se me informaba de mi nombre y el de la criatura, que al parecer ahora era mía. Lo dejé a las afueras de la ciudad, no me pareció sensato que siendo yo ya bastante sospechoso fuese acompañado por tan espléndida bestia.
-ZAPPA: Continúe por favor.
-KAIN: Anduve por campo a través durante un tiempo hasta la siguiente ciudad, Freezelen. Estuve un rato intentando averiguar algo sobre mi existencia o sobre lo pasado en la primera población donde desperté. La gente desconfiaba de mí e intenté ser discreto.
-Cuando fui a entrar a una taberna un extraño gas salió del suelo haciéndome perder el equilibrio. En la caída me hice pequeño rasguño en la mano que me empezó a doler y arder de una forma monstruosa hasta que perdí el conocimiento.
-Al despertar me encontré en la misma situación que en Celacres. Solo y en una ciudad arrasada. Vi a un muchacho que había sobrevivido a la catástrofe, pero nada más verme salió huyendo. Al día siguiente llegamos al puente del rio Freezel y allí me crucé con un viajero un tanto extraño, llamado Xirien.
-ZAPPA: Ah sí, vaya, quizás pueda resolverle una de sus dudas. Posiblemente el gas que salió del suelo era Kaseng-éter.
-KAIN: ¿Kaseng-éter? ¡Nunca había oído hablar de tal cosa! O al menos no la recuerdo...
-ZAPPA: Bueno nadie sabe muy bien de donde viene, sólo sé que se encuentra bajo tierra, cuando espesa es de color rojo, y cuando solidifica se le llama kasengterita, puede tallarse y se crean gemas muy bonitas. Algunos dicen que pueden tener propiedades mágicas, y otros dicen que son excrementos de demonio. Ja, ja, ja. Lo cierto es que en estado gaseoso huele fatal, como a muerto...
-KAIN: ¡Sí! es ese gas, ¡es realmente desagradable!
-ZAPPA: No es saludable respirarlo, se cree que las criaturas que lo respiran pueden llegar a enloquecer.
-KAIN: Sí, durante mi viaje fui atacado por varias alimañas…
-ZAPPA: Antes me mencionó a sir Xirien. A aquel hombre lo recuerdo a la perfección. Viene por la ciudad de vez en cuando, la última vez que pasó por aquí fue hace unos días. Parecía un mago por diversos hechos extraños que sucedían a donde él fuera, estuvo muy poco tiempo pero no pasó desapercibido.
-KAIN: El motivo por el que estoy aquí es porque ese hombre me recomendó que fuera a ver al sabio Mórgenes, tras eso estuve un tiempo intentado atravesar el bosque de Abetos.
-ZAPPA: ¡El bosque de Tanne es muy peligroso, pocos han salido de él con vida cuando las nieblas lo invaden! Y además parece estar hechizado. Algunos que cometieron el error de entrar y pasaron allí demasiado tiempo, creyeron estar perdidos varias horas, o incluso días, pero se ha dado el caso de que cuando llegaron a sus hogares habían pasado varios meses, y en el caso de unos conocidos míos, su padre que llevaba desaparecido 20 años… ¡volvió a casa tan joven como cuando se marchó!
-KAIN: Vaya, no sé cuanto tiempo estuve, ni siquiera sé en que fecha estamos. No se me ocurre mucho más que contar, tengo las esperanzas de que el sabio Mórgenes pueda ayudarme.
- ZAPPA: A eso si que le puedo responder estamos a 20 de Junio de 3999 de la era de la Luz. Hoy es el día festivo del Plenilunio de la Fresa.
- Yo creo que lo que pasó en Freezelen y en la otra aldea es debido a que alguien va tras su armadura, hasta el emperador Fiskars mataría por tener una así, pero no entiendo como puede ser que hayan destruido dos ciudades sólo para capturarle, y que además no lo hayan conseguido. Sin duda tiene que pedir consejo a Mórgenes.
-KAIN: Ah, se me olvidaba… en el pergamino se me advirtió de que tuviese cuidado con la niebla roja, y con Red Shadow. La niebla roja podría ser el kaseng-éter. ¿Tiene que ver ese tal Red Shadow algo que ver con ella?
-ZAPPA: Bueno, es costumbre formal desear a la gente no encontrarse con ambas cosas. Es una forma cordial de terminar las cartas.
-KAIN: ¿A sí?
-ZAPPA: Sí bueno. Pero aquí se suele decir más bien que los dioses sean contigo y que la amenaza roja no te encuentre jamás. Red Shadow es tan solo un demonio que aparece en las antiguas leyendas. No te preocupes por eso, es solo una expresión nada más. Simplemente te estaba deseando mucha suerte.
-KAIN: Muchas gracias, con esto me dejas más tranquilo. Bueno ahora iré a buscar al sabio.
-ZAPPA: Buena suerte, yo me quedaré aquí haciendo mis quehaceres. Ah! y creo que llama menos la atención con la armadura que cubriéndose con esa capa. Lusitaurus está abierta a los extranjeros normalmente, sobre todo a los que puedan parecer buenos guerreros.
-Por cierto le recomiendo que visite el salón de baile del palacio, esta semana está abierto al público. Ayer vino una muchacha extranjera que usa unos instrumentos musicales un tanto curiosos y canciones en un idioma místico, no debería perdérselo.
-KAIN: Gracias de nuevo, no creo que tenga mucho tiempo para distraerme...
-ZAPPA: Aprovecha tu juventud, no te arrepentirás, Mórgenes no se va a ir, date un paseo por la ciudad también.
Kain bajó las escaleras y salió de casa de Zappa, estuvo un rato mirando los alrededores, hasta encontrar las puntas de las torres que emergían entre los edificios y una vez encontrado el punto de referencia se puso a caminar.
Estuvo caminando un rato admirando la cálida ciudad. Era luminosa y agradable. En el aire se podía percibir el aroma de las flores que había por todas partes decorando los balcones de las casas, varios arbolillos en flor, y maceteros enormes esparcidos por toda la ciudad. Los edificios tenían las paredes pintadas de colores claros y alegres: cremas, anaranjados, amarillos, verdes, azul cielo...
Había muchos niños correteando por las calles jugando, cantando o riendo. Kain se sentía bien, se sentía como en casa.
De repente vio una bella joven. Se la veía distinta a las demás, iba seria y pensativa, como si no perteneciese al lugar. Tenía el pelo hasta los hombros, de color negro como el azabache, con algunas mechas de color rojo burdeos.
Vestía con una túnica morada que le llegaba hasta los pies, y llevaba al cuello un gran colgante con una gema de color morado. Lo que a Kain le pareció más curioso fue que el colgante que portaba la joven era idéntico al colgante de Sir Xirien. Además llevaba el pelo también cubriéndole la mitad del rostro. Kain creyó que quizás fuesen de la misma procedencia.
Andaba apresuradamente tirando de con un carrito de madera cuyo contenido quedaba cubierto con una manta de color rojo.
En el momento que Kain se disponía a acercarse a la joven, una mujer se cruzó con él y lo detuvo.
-MUJER: Vaya últimamente hay muchos extranjeros por aquí, ¿de dónde sois joven?
-KAIN: Vengo del oeste señora.- dijo con seguridad, no quería entrar en más detalles.
-MUJER: ¡Vaya! del oeste, juraría que eres del norte por tu acento. Eso esta bien, que un muchacho joven vaya a ver mundo. Estoy segura de que vienes a esta ciudad a ver al Sabio Mórgenes, ¿verdad?
-KAIN: Si señora.
-MUJER: Muy bien, muy bien. Bueno te dejo que tengo que ir a hacer la comida, ¡mucha suerte!
Cuando Kain quiso ver si la muchacha de antes seguí ahí, ya había desaparecido. Decepcionado siguió caminando por donde la joven se había marchado y se topo con un anciano.
-ANCIANO: ¡Buen Camino viajero! Je, je, a que te gusta nuestra bella ciudad, en este reino no habido ninguna guerra desde hace más de 200 años. –El hombre tenía un brillo de curiosidad en los ojos y miraba a Kain de arriba a bajo. -Estamos todos muy contentos. Aunque se echan de menos historias recientes sobre batallas y aventuras.
-KAIN: Perdone, ¿para ir al castillo voy bien por aquí?- No quiso ser mal educado pero no quería entretenerse mucho.
-ANCIANO: ¡A menos que trabajases allí no!- Exclamó con arrogancia- Joven estás yendo por el camino de servicio, deberías ir por el camino de la izquierda.
-KAIN: Vale, muchas gracias.- dijo algo desconcertado por la respuesta
-ANCIANO: Que le vaya bien con Mórgenes.- dijo el anciano mientras se despedía.
Siguió las indicaciones del anciano, pero se dio cuenta de que ambos caminos llevaban al mismo sitio, con la diferencia de que el camino de la izquierda pasaba por delante de la casa del anciano en la que tenía montado un tenderete en la entrada.
La mujer de éste estaba intentando vender unas vasijas decorativas a unos viajeros, que ya llevaban un montón de compras más.
-ANCIANA: ¡Puede mirar todo lo que quiera estas vasijas son de la mejor calidad!- La mujer enseguida le echó el ojo a Kain e intentó atraerlo a su mercancía.
-KAIN: En otra ocasión… gracias, llevo prisa…-dijo mientras se alejaba discretamente.
Siguió caminando y vio a dos niños pequeños hablando, pero lo que más le llamó la atención al acercarse a éstos fue, que no eran niños corrientes. Tenían grandes orejas, una larga cola y estaban cubiertos de un pelo suave y corto de color crema. Ambos hermanos tenían escrito su nombre en la camisa y estaban contándose historias.
-BIKI: Cuentan las leyendas que hay unos bosques misteriosos donde el ancestro poder de los druidas celtas reside en unos misteriosos árboles que parecen estar muertos.
-Dicen que si alguien les ayuda, reviven rompiendo la maldición del bosque donde vivían. En nuestro mundo había 21 árboles, y según la leyenda todos los seres vivos estamos ligados al carácter de cada uno de ellos.
-KIRI: Biki, no hables tan alto, ahí hay un señor muy raro que nos está mirando.
Kain apartó la mirada avergonzado, y prosiguió su camino, era la primera vez que veía a alguien con ese aspecto, y no pudo evitar quedarse asombrado y observando.
Delante de él cruzo un carro tirado por un burro, El dueño llevaba un cargamento de pieles y una de ellas se deslizó al suelo y cayó. Kain la recogió y avisó al hombre.
-KAIN: ¡Perdone!- dijo mientras alcanzaba el paso del vehículo- Se le ha caído esto del carro.
-HOMBRE: Gracias joven,-el señor rubio y de tez clara como Kain, paró su vehículo- ¡Vaya pareces paisano! de que región del reino de Eskalaia eres.- Dijo asombrado y alegre.
-KAIN: ¿Eskalaia?
-HOMBRE: ¡Sí hombre! del norte como yo, tenemos el mismo acento.
-KAIN: Sí del norte…
-HOMBRE: No pareces estar muy convencido… se te ve muy preocupado, ¿puedo ayudarte en algo?
-KAIN: Necesito ir a ver al Sabio Mórgenes.
-HOMBRE: Con que a ver al sabio Mórgenes. Antes era muy solicitado, ahora poca gente va a verle, así que no tendrás problema de esperar una larga cola. ¡Ja, ja, ja!
-KAIN:…
-HOMBRE: Ya estás muy cerca del castillo, Mórgenes vive en una torre en la zona izquierda del edificio, si tuvieses algún problema al pasar, diles que eres amigo de Ekern.
-KAIN: Muchas gracias, señor Ekern, yo soy Kain
-EKERN: ¡Vaya! ¡Igual que mi hermano!, Por un paisano se hace lo que sea,- dijo riendo amigablemente y dándole la mano.
-KAIN: Hasta otra- dijo mientras se despedía.
-EKERN: ¡Suerte!
-KAIN: “Del norte… por lo menos ahora tengo una idea de donde puedo venir.”
Por fin llegó a las puertas del castillo y Kain quedó maravillado por la magnifica construcción de casi 100 metros de altura. La piedra blanca estaba ricamente decorada por esculturas de animales, personas, y plantas; el animal que más abundaba era el toro.
-KAIN: ¡Ohh! ¡Cielos es gigantesco! – dijo mientras cruzaba el enorme puente levadizo. En la entrada una bella guardiana Lusitaurina le detuvo.
-GUARDIANA 1: ¿Quién sois y que motivos tenéis para estar aquí?
-KAIN: Soy un viajero en busca de consejo del sabio Márgenes.
-GUARDIANA 1: ¿Cual es su nombre? ¿Su Documento identificativo?
-KAIN: Soy Kain pero…- Una compañera de la guardiana vino y les interrumpió.
-GUARDIANA 2: Zaixi, déjale pasar- y dirigiéndose a Kain
- Mórgenes aguardaba su llegada desde hace varios días. El sabio se haya en estos momentos en su biblioteca privada de la torre Oeste. Pero ahora está ocupado. Le atenderá en un par de horas, puede darse una vuelta por el castillo mientras tanto.
-KAIN: ¿Y cómo sabía que yo iba a venir?
-GUARDIANAS: Por algo es el sabio Mórgenes.-Dijeron mientras ambas se encogían de hombros.
-KAIN: Vale gracias.
-KAIN: “¡Un par de horas!”- Pensó un poco disgustado.
Siguió el consejo de una de las guardianas, aunque le pareció raro que le dejasen pasearse por las dependencias del castillo. Por lo menos era entretenido, a pesar de ser un castillo era muy luminoso, lleno de vidrieras, y decorado con cuadros de vivos colores. Se cruzó con varios sirvientes que comentaban la ausencia del Rey.
- DONCELLA: Ay chica, ¿no te parece muy raro que el Rey se ausente en las fiestas?
-COCINERA: Sí, ha dejado sólo al consejero al mando, está de reunión con los Reyes del Continente Este.
-DONCELLA: Debe de ser importante, pero como a nosotras nunca nos dice nadie nada.
-COCINERA: ¡Con la mala uva que tiene el consejero! El muy señorito quiere que lo tratemos como si fuese el mismísimo Rey, ¡Será fresco!
-DONCELLA: Sí, a mi me ha regañado también hoy.
En su paseo Kain localizó la sala de reuniones donde se escuchaba la voz de un hombrecillo regruñendo, que posiblemente podría ser el consejero. En el siguiente pasillo captó un agradable aroma. A Kain le entró hambre con el olorcillo y se asomó para ver si había algún comedor, pero retrocedió al escuchar las protestas de un cocinero.
-COCINERO: ¡Eh tú! ¡Sólo está permitido el paso al personal autorizado! ¡Espera en la mesa si quieres comer!
Al pasar delante de una puerta un hombre se le quedó mirando y le preguntó.
-AYUDANTE: ¿Tú quien eres? ¿Has venido a la reunión?
-KAIN: ¿Reunión?
-AYUDANTE: Ah si no sabes del tema cierro la boca.
Kain siguió avanzando hasta dar con una puerta de cristal. A través de ella, se veía a varias personas descansando y paseando por un pequeño parquecillo. Al lado de esta puerta había un plano del castillo, en él pudo observar donde se encontraba la torre del ala oeste, la sala de reuniones, la cocina, el comedor, la enfermería, y el salón de eventos entre otras cosas. Comprobó que acortaría distancias, si cruzaba por el patio.
Abrió la puerta y pasó al jardín. Estaba lleno de fuentes, de plantas exóticas, y de aves multicolores. Además era cálido y húmedo, miró hacia arriba y se dio cuenta de que aquel patio estaba techado con unos inmensos ventanales que permitían la entrada de los rayos del sol pero que impedían que el calor y la humedad saliesen al exterior.
Le sonaba un poco este tipo de tecnología, un invernadero creía recordar que se llamaba aquel tipo de jardín. A su memoria venían imágenes de un parque similar, y a través de los grandes ventanales se podía ver un paisaje nevado.
Kain salió de su ensimismamiento cuando creyó ver a la muchacha de la túnica morada. Estaba en la otra punta del jardín y se disponía a salir del parque. Parecía un poco incomoda y un grupo de soldados la observaba de lejos. Cuando ella salió del recinto y Kain iba acercándose a los soldados oyó, como éstos hacían comentarios sobre ella. Era un grupo de 3 soldados jóvenes, todos ellos vestían de color rojo.
-SOLDADO FORTACHON: Esta es de las difíciles, como a mi me gusta. ¿Ja, ja, has visto que bofetón me ha dado?
-SOLDADO BAJITO: Si no hubieses sido tan basto con ella, ¿a quién se le ocurre soltarle ese piropo de tan mal gusto? Ahora por tu culpa seguro que se piensa que soy igual de bruto que tú.
-SOLDADO LARGUIRUCHO: Ya te digo, esta no es de las que se sonrojan y se van tímidamente, Je, je. Venga Laian que ya es toda tuya. Ja, ja- dijo con ironía.
-SOLDADO FORTACHON: Te aseguro Linus que está será mía esta noche como que yo me llamo Laian Lexus de Lusitaurus.
Kain se cruzó con ellos y siguió su camino, quería preguntarle a la muchacha si conocía a Sir Xirien, pero en el fondo se sentía atraído por ella sin saber muy bien porqué.
-SOLDADO BAJITO: Para tu información ella se va después del concierto. Así que vas listo.
-SOLDADO LARGUIRUCHO: Me apuesto 3000 Aones a que la moza te da otro corte y te quedas a dos velas. ¿Qué Latrus te apuntas tú también?
-SOLDADO FORTACHON: Acepto, pero si doblais la apuesta ja, ja, ja. Menudo festín que nos daremos. Je, je.
-SOLDADO BAJITO: Yo me largo, no quiero cuentas con vosotros.- el soldado Latrus se fue por donde había entrado Kain al jardín.
Cuando Kain cruzó la otra puerta de cristal ya no siguió escuchando la conversación de aquellos soldados.
¿Por cual pasillo habría ido la chica? Era rápida caminando y Kain creyó percibir sus pasos por el pasillo izquierdo. Cuando estaba girando la esquina escuchó a una asistenta quejándose iba arrastrando un pesado sacó. Al lo lejos pudo ver a la chica de la túnica que estaba entrando por una puerta que a continuación cerró con llave.
-ASISTENTA: ¡Ay! ¡Qué cansada estoy!, ¿cómo se le ocurre al consejero convocar una reunión en ausencia del rey? No es justo, mientras la mayoría de mis compañeras se van a acompañar y servir al rey me tengo que quedar sirviendo a un montón de soldaditos,- vio a Kain y decidió llamarle.
-¡Oiga por favor!- Kain se detuvo al ver que se dirigía a él-¿Ya que estás aquí me ayudas con este saco?
-KAIN: ¡Como no!- Kain se dio cuenta de que no podía negarse. Con actos como éste, estaba más seguro de que antes de haber perdido su memoria había sido un buen hombre.
-ASISTENTA: Muchas gracias noble caballero, por favor sígame al sótano. –bajaron al sótano por unas angostas escaleras, y dejaron el saco en el almacén. Aquella parte del edificio era más antigua y oscura, como los castillos que Kain recordaba.
-ASISTENTA: Mi nombre es Kali y en agradecimiento le puedo dar esto,- rebuscó en su bolsilló y sacó una gran gema de color pardo. - A mí personalmente no me sirve de nada. Una piedra tan grande y pesada no luce en un colgante. ¡A veces el rey regala cosas tan extrañas!
-KAIN: Muchas gracias, señorita Kali,- dijo aceptando su ofrenda.- ¿me podría indicar donde se halla el comedor? Llevo bastante rato buscándolo pero no consigo encontrarlo.
-KALI: Ah, bueno es un poco complicado acceder hasta él. Justamente hay que bajar por este acceso y luego a volver a subir por la escalera de la izquierda. –y mirando un pequeño artefacto en su muñeca dijo asombrada,- ¡Huy! ¡Que tarde es! Me tengo que marchar, hasta otra y que disfrutéis de vuestra estancia en palacio.
-KAIN: “No paro de conocer cosas nuevas… un reloj que funciona sin sol y que se lleva en la muñeca.”
Observó detenidamente la gema que le había dado la joven. Era pesada y de un color marrón oscuro, cuando fue a guardarla emitió un brillo y una vibración que le llamó la atención.
-KAIN: ¿Eh?, “¿una roca que palpita?... Seguro que Zappa sabe lo que es, se la mostraré luego, puede que tenga algún valor especial.”
Entró en el comedor y pasó delante de un mostrador donde servían la comida. Todos los soldados permanecían en una cola con una bandeja en la mano. A Kain le llamó la atención esta forma de servir la comida, no estaba muy seguro pero creía recordar que lo común era que se la sirvieran en la mesa. Varias ideas rondaban por su cabeza, ¿tan grave había sido su pérdida de memoria? o quizás se hallase muy lejos de su hogar y por ello las costumbres eran tan distintas aquí.
Un soldado le sacó de su ensimismamiento…
-SOLDADO: ¿No te irás a colar? El final de la cola está allí- dijo con cara de pocos amigos.
Kain no se lo pensó más y se puso en la cola. Cogió una bandeja y fue imitando los pasos de los que tenía delante, hasta que tenía toda la comida servida y se sentó en un lugar libre.
Casualmente se había sentado con soldados con uniformes diferentes al del ejercito Lusitaurino, por ello no había llevado la atención. Había por lo menos 5 tipos de soldados distintos que representaban un cuarto de la plantilla que se encontraba almorzando en esos momentos.
Estuvo observando detenidamente las diferentes tipos de cada bando:
El ejercito Lusitaurino, vestía de blanco, rojo y verde, y tenían como emblema un toro.
Había otro grupo numeroso que vestía de rojo y dorado y tenían un dragón como símbolo, kain se había sentado con este grupo, pero ninguno le decía nada.
Uno de los grupos más curiosos no estaba formado sólo por hombres, sino por otras criaturas que parecían animales: felinos, cánidos, úrsidos y equinos. Iban vestidos con colores pardos y tenían una cabra y una dama en sus capas. Todos ellos eran hombres fuertes y corpulentos.
Al fondo había dos hombres muy delgados y de gran altura. Sus caras eran exageradamente alargadas y eran albinos. Su vestimenta era de color azul y llevaban en sus escudos grabada una especie de gema azul.
También había otro grupo que no parecía de soldados, eran hombres y mujeres con orejas largas y puntiagudas, y de aspecto amable. No tenían un patrón en su vestimenta pues cada uno vestía a su manera, unos más ricos y otros con menos abalorios, pero todos iban con colores claros y vivos.
Estuvo mirando durante un buen rato, tenía la esperanza de que alguien vistiese como él, pero no encajaba en ninguno de los grupos.
Cuando terminó de comer siguió por el pasillo, algunos de los soldados se metieron en una sala de descanso donde había varias literas. A unos pocos metros se hallaba la enfermería, un enfermero salió a llamar la atención a un grupo de soldados jóvenes que andaban armando alboroto.
-ENFERMERO: ¡Shhhh silencio, por favor!- dijo en con voz baja pero efusivamente.
- Necesitan recuperarse, son supervivientes de las catástrofes de Celacres y Freezelen.
-KAIN: “¡Hubo supervivientes! “– dijo para sí y le preguntó al enfermero.- ¿Oiga, sabe lo que pasó allí?
-ENFERMERO: Agradezco su interés joven, pero no sabemos mucho, sólo que las ambas poblaciones fueron atacadas hace un par meses y que aún no se han despertado los supervivientes.
-KAIN: “¡Un par de meses! Zappa tenía razón con lo de aquel bosque embrujado.”
El enfermero se percató del shock del joven y se interesó por su salud.
-ENFERMERO: ¿Caballero se encuentra bien?
-KAIN: Sí gracias, no es nada.- se despidió y siguió caminando.
Parecía que todavía no iba a llegar nunca la hora de que Mórgenes pudiese recibirle, pero tampoco sabía cuando sería el momento. Se acercó al acceso de la torre oeste, pero le dijeron que El Sabio aun no podía atenderle.
¿Habría más personas en su misma situación? ¿Qué tipo de sabio sería Mórgenes? ¿Sería un filosofo?, ¿un adivino?, ¿un erudito?, ¿o quizás un hombre corriente con sentido común?. No se le pasó por la cabeza ningún aspecto negativo, porque parecía ser muy querido en la ciudad. De vez en cuando varios grupos de personas hablaban sobre como El Sabio había cambiado sus vidas, quizás fuese un psicólogo o algo por el estilo.
De esos términos si se acordaba. Era raro, cosas tan sencillas como el reloj de muñeca de Kali y el Buffet donde comían los soldados le eran totalmente desconocidos, mientras que otras cosas parecía recordarlas perfectamente.
Un grupo de jovencitas se cruzaron con él, iban bien vestidas y muy maquilladas. Se les veía bastante acaloradas y emocionadas:
-JOVENCITA RUBIA: ¡Vamos, vamos que llegamos tarde al baile!
-JOVENCITA MORENA: ¡Yo voy a bailar con los elfos, esos son los más caballerosos!
-JOVENCITA CASTAÑA: ¡Yo prefiero los Terranos, son tan grandes y fuertes!
A Kain le daba un poco de envidia aquellas muchachas que parecían felices y sin preocupaciones. Decidió hacer caso a los consejos de Zappa y distraerse un rato en el Salón. Aunque sólo fuera ver a la gente bailar y escuchar la música, quizás se encontrase allí con la joven de la túnica.
La música cada vez se oía más fuerte, sonaban instrumentos de cuerda y viento, Kain creyó apreciar el sonido del arpa, del violín, del piano y de la flauta; pero había otros sonidos que no era capaz de identificar. Cuando ya estaba en el umbral de la puerta el público aplaudía.
Entonces Kain quedó paralizado cuando vio quien estaba en el escenario. La muchacha extranjera con la que se había cruzado antes en la ciudad. Había cambiado la túnica por un precioso vestido rojo de corte oriental, y se había recogido el pelo, aunque aun conservaba aquel mechón que le tapaba media cara.
Kain se sonrojó y tomo asiento, no recordaba haber visto nunca una chica tan bonita. Ella llevaba una especie de guante metálico en su mano, y tras ella había unas inmensas columnas de cristal llenas de agua, pero no se veía ningún instrumento musical por ninguna parte, ni músicos tampoco.
A su lado se encontraba el Consejero Real, un hombrecillo de talla infantil, que carraspeó y recitó unas palabras.
-CONSEJERO REAL: En este bicentenario de las cinco Naciones Hermanas- cada vez que nombraba cada una de las naciones los componentes de estas se ponían en pie y hacían un saludo con la mano en el pecho.- Lusitaurus, Pyronia, Terraris, Albian y Galarwyn, nos es grata la presencia de todos vosotros aquí. Todos reunidos dejando a un lado nuestras diferencias, y disfrutando de la belleza de cada cultura, de la armonía el amor y la paz.
Este año no ha podido estar con nosotros su majestad. Como algunos ya sabéis se encuentra negociando con las poblaciones del este, que se hayan en apuros debido al emergente imperio Fiskars.
De momento se están haciendo acuerdos pacíficamente, pero debemos de estar alerta, por lo que pudiese pasar. Si entrásemos en guerra nuestro deber será proteger a los más desfavorecidos y permanecer unidos.
Y ahora, vamos a despedirnos de esta señorita, que nos ha estado deleitando con sus canciones durante estos días. Un aplauso por favor.
El público se puso a aplaudir y la joven esperó a que los aplausos acabasen, se aclaró la voz y con una dulce sonrisa comenzó hablar con una voz suave y un acento peculiar.
-ARTISTA: Ante todo quisiera agradecer la hospitalidad de todas las gentes que he conocido aquí en Lusitaurus. Gracias por apoyar mi trabajo y darme la oportunidad de participar en un acontecimiento de estas características. Les deseo un próspero cambio de milenio, y que sigan celebrando eventos tan fantásticos como éste. Ahora quisiera despedirme con una última canción, pues proseguiré con mi viaje de formación y es muy posible que no vuelva por esta hermosa ciudad en mucho tiempo.
-CONSEJERO: Todos le deseamos lo mejor, y recuerde que siempre será bien recibida aquí.
La joven, hizo una leve reverencia y fue aplaudida por todos. Todos excepto el grupo de elfos que aplaudían más discretamente y miraban con recelo a aquella joven misteriosa. Kain quedó intrigado por su comportamiento, y se dio cuenta de que ella nunca miraba a esa zona del salón. Se centraba más en la zona de Lusitaurus, Terraris y Pyronia. En un breve instante sus miradas se cruzaron, Kain no pudo evitar apartar la vista y sonrojarse.
-ORGANIZADOR: En este último número la señorita interpretará una canción folklórica del oeste, en recuerdo de las victimas.
Se apagaron las luces y se hizo el silencio. La joven cerró los ojos y comenzó a mover los dedos de la mano enguantada suavemente. El agua de las columnas comenzó a vibrar y a producirse una melodía. Era una melodía triste.
La chica danzaba suavemente mientras que parte del agua salía de las columnas flotando sobre ella y formaba extrañas figuras como esferas, y otros formas curiosas.
-ARTISTA:
Shie mar nit
Meh niah
Shie mar nit
Meh niah
Shie mar nrit kui mar kir lo vi
Shie mar nrit fui shi
Sui djhar yiii uoo soh
Gara shara mara nara
Gara shara mara nara
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Feu fru tu kit lii
ini shi nii shi
reia
Feu fru tu kit lii ini shi niah
na aah aaa aa a
Feu fru tu kit lii ini shi nia na aah
reia
Gara shara mara nara
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En esa parte de la canción el agua flotante comenzó a convertirse en vapor de agua y parecía que la chica bailaba entre nubes.
Shie mar nit
Meh niah
La la la la lia lia a leio le le le leio
Shiri miri niri siri lir zri nei rix
Shiri miri
-------
El agua comenzó a caer como una suave lluvia sobre la joven, en ese momento abrió los ojos y justo cuando Kain creyó que ella pronunciaba su nombre le estaba mirando directamente a él.
Kaain e res tes efe
des ne cro xid bhali rez sha dou
Zrir zrir zrir zrir
Mash me fer nah Mash me fer nah
eio eio sheio sheio o
meio neio meio sheio
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La joven volvió a cerrar los ojos se agachó y al pronunciar las últimas palabras toda el agua había desaparecido.
Shie mar nit
Meh niah
De nuevo varios aplausos y varias reverencias por parte de la artista hasta que bajó del escenario y se sentó en una de las mesas. Mientras, un montón de trabajadores retiraban el material de la joven del escenario, se cercioraron de que el suelo no estaba mojado, y colocaron instrumentos verdaderos para que tocara el siguiente grupo tradicional de Lusitaurus. Una música folklórica alegre, que invitaba a la gente a bailar.
-KAIN: “¿Qué idioma será ese?, ¿Será esta chica de alguna de las aldeas que fueron destruidas recientemente? ¿Por qué me pareció oír mi nombre en la canción? ¿No será coincidencia que también oyese el nombre de aquel demonio próximo al mío?”
Kain se levantó de su asiento y decidió hablar con la chica, conforme se iba acercando percibió el agradable aroma a frutas silvestres de su perfume. Se estaba soltando el pelo y procuraba cubrir bien su ojo izquierdo con el mechón de pelo. Estaba hojeando unos papeles llenos de una escritura desconocida. A Kain el corazón le latía deprisa y no sabía muy bien como comenzar la conversación.
Mientras, varias personas ya estaban bailando y divirtiéndose, la artista, se percató de la presencia de Kain, se giro y le soltó repentinamente.
-ARTISTA: ¿Me invita a bailar? Le dijo con una mirada dulce.
-KAIN ¿Eh yo?- Se puso colorado y no supo bien como reaccionar- … Sólo iba a preguntarle una cosa.
-ARTISTA: Se puede charlar mientras se baila.- La chica se levantó del asiento y le miró con picardía.
-KAIN: Verá... yo...- Se puso más nervioso aún cuando ella le agarró del brazo.
-ARTISTA: ¿Un soldado tímido? ¡Ji, ji, ji!, cosa rara en estos parajes. La mayoría son unos desvergonzados. No parece el uniforme lusitaurino, ¿usted no es de aquí verdad?
-KAIN: Disculpe, tengo curiosidad por un trozo de la canción, que me pareció entender.- Kain cogió confianza y perdió su timidez.
-ARTISTA: ¿Ah sí? ¿Cuál es? - Aunque le resultaba difícil porque ella le miraba de una forma especial. Kain pudo apreciar mejor el color del ojo que no tenía cubierto. El derecho era de color verde turquesa, mientras que el que cubría con su pelo parecía ser de otro color aunque con el pelo no se le veía bien.
-KAIN: Son sólo unas palabras sueltas. Me pareció escuchar Kain, y Red Shadow en la canción.
-ARTISTA: ¡Shhhh!,- Estaba vez ella se puso nerviosa ante los comentarios de Kain. Miró de reojo y se atuso el flequillo.- No habléis tan alto. ¿Kain eres tes efe des ne cro xid bhali rez sha dou?- dijo en voz baja mientras volvía a su asiento, Kain se sentó también.
-KAIN: Sí, ese fragmento....
-ARTISTA: Siento no poder ayudarle, pues no conozco el significado de la canción. Interpreto como sonidos monosílabos sus vocablos. Es muy probable que formen palabras más complejas, incluso cabe la posibilidad de que ciertos sonidos no posean significado. Pero me gustaría saber, mmm…, por qué se ha interesado por esos nombres en concreto, Kain y Rez Shadou. El último no inspira mucha confianza en estos lugares, aunque desconozco a quien puede hacer alusión.
-KAIN: “Con razón la carta me advertía sobre tal tipo. Y si Zappa se equivocó y es algún peligro real. Son demasiadas coincidencias”- Kain se interesó por el origen de la canción y le preguntó a la joven- ¿Dónde la aprendió?
-ARTISTA: ...Ignoro su procedencia..., tal vez en mi infancia, supongo que de alguna leyenda antigua. La verdad es que me paso la vida viajando. La vida nómada es dura pero muy interesante. Por un momento, pensé que me ibas a preguntar que tipo de magia utilizaba para mi música.- dijo con una grata sonrisa de alivio.
-KAIN: Sólo eso, gracias de todas formas.- Quería seguir hablando con ella pero no sabía muy bien que decirle. La verdad es que había quedado intrigado por su demostración mágica.
-ARTISTA: No hay de qué. No pareces muy común, eres un tipo curioso..., a decir verdad, el primero en rechazar una invitación a bailar, ¡Ja, ja, ja!
-KAIN: “Esta moza se lo tiene un poco creído, pero parece maja.”- Pensó para si.
-ARTISTA: ¿Su cara me es familiar?, ¿nos hemos visto antes?- Dijo mirándolo de arriba abajo.
-KAIN: Creo que no…
-ARTISTA: Entonces ha sido un placer conocerle, ¿su nombre? – dijo tendiéndole la mano izquierda...
-KAIN: Kain... – dijo cuando iba a darle la mano a la chica, pero en ese momento se les acercó un soldado terrano que les interrumpió.
-TERRANO: ¿Me permite bailar con esta dama?
-KAIN: .... – cuando Kain le iba a responder ella le cortó indignada.
-ARTISTA: ¿Eso no me lo debería preguntar a mí?
-TERRANO: ¡Caray! con ese genio no me extraña que no este bailando con nadie... – murmuró entre dientes, mientras se marchaba discretamente. Se cruzó con un soldado elfo de Galarwyn y se pusieron a charlar en voz baja mientras miraban a la joven.
Los soldados Laian y Linus se iban acercando lentamente a ellos, la chica advirtió su presencia, y disimulando no darse cuenta de esto, se despidió de Kain.
-ARTISTA: En fin, ya tan sólo falta una hora para mi marcha- se puso en pie y se dirigió a una puerta - Hasta otra Kain –dijo con una hermosa sonrisa que dejó a Kain ensimismado.
-KAIN: A...a ...dios.
La chica cerró la puerta delante de las narices de Kain, el corazón le iba a cien por hora y se sentía raro. Detrás de él, Laian con una mueca de disgusto, mientras que Linus le tendía la mano pidiendo el dinero.
Laian se dio la vuelta y dejó a Linus solo, y el joven soldado pyroniano murmuró:
-LINUS: ¡Nah!, este no se rinde ni por esas, ya me pagará tarde o temprano. Se quedó unos segundos observando a Kain que seguía ensimismado con sus pensamientos y se marchó.
-KAIN: “Ciertamente extraña, ¡Y ni siquiera sé su nombre!. Ya van dos veces que me encuentro a alguien que me deja a medias...” – volvió a su asiento y se quedó pensativo durante unos instantes.
Al poco rato un guardia lusitaurino se le acercó y le notificó que ya podía ir a ver al sabio Mórgenes. En ese momento se dio cuenta de que la joven había dejado un pasador de pelo encima de la mesa, lo recogió mientras se levantaba y siguió al guardia hasta la torre oeste.
-GUARDIA: Es en el último piso- le indicó.
Kain asintió y dio las gracias. Mientras subía por la inmensa escalera de caracol, estuvo mirando el pasador de pelo de la joven. Tenía unas inscripciones en el reverso, pero no consiguió descifrarlas. Se preguntó si ella se lo habría dejado accidentalmente o adrede, quizás se verían en otra ocasión...
Fin del capítulo Primero 21 de Junio de 3999 de la Era de la luz
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Zrein_Sinkarix · Fri May 02, 2008 @ 02:58pm · 0 Comments |
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